Los jóvenes de la Generación Z son los nacidos a partir del año 2000; los maestros que los educamos, que crecimos bajo las enseñanzas de otra época, muchas veces no entendemos por lo que están pasando o no queremos comprender las necesidades que poseen en la actualidad, cuando el mundo les exige cada vez más y los papás cada vez menos.

¿Por qué mencionar a los maestros en este artículo? Estoy convencida de que somos formadores de los jóvenes de esta generación. Podemos ser empáticos con ellos sin ser flexibles, ejerciendo contención, límites y reglas que quizá en casa no se conservan o que los padres han olvidado imponer.

La pirámide de Maslow de la realización humana indica que lo primero que debe ser satisfecho en una persona son las necesidades fisiológicas y de seguridad; la mayoría de los padres buscan que sus hijos sean alimentados y posean un lugar de descanso. Después, que tengan salud y se sientan seguros, muchas veces, con una propiedad privada que los mantenga protegidos.

Se pensaba que las personas con bajo nivel socioeconómico no continuaban con las siguientes tres escalas de la    pirámide, ya que el tiempo de los padres se enfocaba en conseguir alimento y seguridad; y que era ahí, en las zonas marginales, donde se generaba mayor índice de violencia y delitos. Sin embargo, en la actualidad los padres de toda clase social se esfuerzan no solamente en traer a casa lo indispensable, sino todo aquello que el joven refiere como necesario de poseer, haciendo que los padres entren en una pauta familiar: «me ausento porque trabajo, porque quiero lo mejor para mi hijo; no paso tiempo con él y, por lo tanto, necesito llenarlo de cosas para que me sienta presente»; con ello se deja de satisfacer tres necesidades: afiliación, reconocimiento y autorrealización.

Si estas necesidades no son proporcionadas por los padres o bien, no supervisan que sus hijos las busquen en ambientes tranquilos, éstos tenderán a meterse en ambientes poco sanos. Estoy convencida de que la responsabilidad de los padres no termina con sentirse satisfechos por haber trabajado todo el día para traer suficiente dinero a casa; la función de un padre implica el contacto diario con los hijos, las conversaciones sin fin, las risas, las caricias, la demostración de afecto.

Si los padres no proveen de estas necesidades a los hijos, ¿será posible que nosotros, los maestros, tratemos de entenderlos y darles lo que necesitan?; ¿podremos brindarles nuestra amistad, un buen consejo y darles afecto?; ¿estará en nuestras manos reconocer sus logros, hablarles de sus fracasos, darles confianza, respetar sus ideas, pensamientos, intereses y necesidades, desarrollándolos para el éxito?; ¿conseguiremos con nuestro granito de arena que la pequeña Generación Z llegue a la autorrealización?

Cada uno de nuestros alumnos -o en su mayoría- puede vivir bajo una moral aceptada en la sociedad, no limitada por prejuicios; puede ser espontáneo, pero al mismo tiempo capaz de aceptar sus fracasos y luchar por sus metas; apto para solucionar sus problemas, pero también para aceptar cada hecho de su vida, y afrontar con sabiduría sus decisiones.

Tratemos de ser maestros de corazón abierto; siempre dispuestos a brindar no sólo conocimiento a nuestros alumnos, sino nuestro corazón.

 

Lilia Elizabeth Carreño Lomelí

Maestra en Gestión de Capital Humano, Maestra en Psicoterapia Familiar, Diplomado en Psicoterapia de Pareja

Psicóloga sección preparatoria del Colegio Félix de Jesús Rougier de la Ciudad de Tampico, Tams.

 

Bibliografía:

Ochoa, M. y Martínez, G. (2015). Diseño de plan de vida. México: Ed. Umbral.

Dillo, K. (2015). 7 cosas que debes saber sobre la generación Z. Obtenido desde: https://www.forbes.com.mx/7-cosas-que-debes-saber-sobre-la-generacion-z/

Jauam, G. (2013). Percepciones de la Generación Z y la escuela en el siglo XXI. Obtenido desde: http://imgbiblio.vaneduc.edu.ar/fulltext/files/TC113932.pdf

Hurtado, J. (2016). La generación Z. El mundo en sus manos. Obtenido desde: https://dialnet.unirioja.es/buscar/documentos?querysDismax.DOCUMENTAL_TODO=generacion+z