Durante la adolescencia la corteza prefrontal, que es una estructura fundamental para los proceso cognitivos y sede de habilidades ejecutivas de la inteligencia, está en construcción. En esta etapa es donde el control comienza a ser interno; queremos pasar de la disciplina a la autodisciplina, de la obediencia a la responsabilidad, de someterse a las decisiones ajenas a tomar las propias decisiones. El desarrollo de las funciones ejecutivas de la inteligencia va a permitir al adolescente tomar estas decisiones y llevarlas a cabo de forma consciente y responsable (Blackmore, 2012).

 

La adolescencia entonces, es una etapa fundamental para el aprendizaje de nuevas conductas, ya que desaparecen algunas conexiones neuronales y se refuerzan otras que permiten procesar la información de una forma más eficaz. Mitchell y Henderson (2002) hacen una crítica a un modelo de Orientación Vocacional en el que ya se ha vuelto rutinario el orientar a los estudiantes por medio de la medición de experiencias pasadas delimitadas en categorías. Es decir, que la manera de orientar se limita a que los estudiantes encasillen preferencias que han experimentado con anterioridad para conocer posibles carreras que se adecúen a ello. Es muy interesante lo que estos autores proponen, ya que enfocan la orientación en la exploración de áreas que pueden ser desconocidas para los estudiantes.

 

Por los medios (familiares, de comunicación o escolares) las personas van formando esquemas mentales y dándole significado a la vida, y es de este modo que surgen los esquemas sobre a dónde dirigir los estudios. Estoy totalmente de acuerdo en que funcionan para cumplir con la inmediatez de la toma de decisiones sobre qué estudiar, pero habría que estudiar la satisfacción real a largo plazo, cuando la persona ya está por finalizar sus estudios o está inserto en el área laboral. Un escenario más amplio entonces para que ellos elijan qué estudiar, es presentar las  competencias que se requieren en la actualidad y las áreas más actuales en el mercado laboral, no únicamente a menara de información, sino experimental. De esta manera se amplía la toma de decisiones tomando en cuenta dos vertientes: esquemas mentales pasados y nuevos esquemas de acuerdo a las necesidades tecnológicas actuales y futuras.

 

¿Cómo lograr de manera experiencial que los estudiantes formen nuevos esquemas mentales? El consejero tiene una labor creativa de llevar la información que posee a la práctica. En la actualidad las plataformas de revistas científicas ofrecen casos de estudio que permiten a los estudiantes poner en práctica sus conocimientos y descubrir nuevas habilidades durante la resolución de estos casos. Todavía más recomendado, es llevarlos a una práctica conocida en el ámbito organizacional como Assessment, en el que el estudiante pueda experimentar en carne propia la responsabilidad de realizar ciertas tareas en las que va a trabajar su habilidad creativa y resolutiva de conflictos.

 

Psic. Clínica Karen Wilson Mercado y Mtra. Martha Durán Olín

Fundadora de CURSO de vida centro terapéutico.

 

Bibliografía

Blackmore, S.J. (2012). El misterioso funcionamiento del cerebro adolescente. 01/03/2017, de Ted, Edinburgh, Escocia Sitio web: http://emprendedorescreativos.com/los-adolescentes-y-la-toma-de-decisiones/

Krumboltz, J. D., & Henderson, S. J. (2002). A learning theory for career counselors. In S. G. Niles (Ed.), Adult career development: Concepts, issues and practices (3rd ed., pp. 41-58). Tulsa, OK: National Career Development Association